Se hizo añicos,
la máscara que había llevado por años
no lo cubría más,
tuvo miedo.
Pero luego, pudo ver con claridad
por primera vez su visión no era opacada por los lentes de mentiras que lo ataban.
Y calló. Observó y calló.
Era libre. Vivió y vive.
-----
Si los seres humanos logramos encontrar la libertad, poder ser nosotros mismos sin miedo al qué dirán o hacia dónde voy, todo sería distinto. Obviamente ser yo mismo dentro de los límites del respeto a la libertad ajena, en mi caso la máscara se fue cayendo por partes y quizás aún quedan pequeñas astillas en el rostro pero cada vez veo más claro y puedo ser yo y disfrutar serlo. Le doy gracias a Dios por esto, he hallado la Verdad.