¡Feliz cumpleños Asdesarrollo! Para los que
conocen a mi papá saben que toda su vida ha trabajado incansablemente por
mejorar la vida de las otras personas, por combatir la pobreza, por como él
dice o canta la canción Pescador de Hombres “que mi cansancio a otros descanse”.
Para mí es un orgullo saber que mi papá siempre ha luchado por sus ideales y nos ha enseñado a jamás olvidar cuál es la
realidad de nuestro país y de dónde venimos. Hace 25 años que se fundó Asdesarollo,
la ONG a la que mi papá ha dedicado gran parte de su vida, hace 25 años que mi
familia se mudó a Reu, la capital del mundo, el lugar al que llamo mi primer
hogar.
Yo tengo 27 años así que desde que tengo
memoria mi papá ha trabajado allí. Antes no lograba verlo pero ahora me doy
cuenta que “don Eleazar” como lo llaman, lo ha dado todo por sus ideales, lo ha
dado todo por Guate. Están siempre presentes en mi mente sus palabras “como yo
pienso yo soy… si pienso en el éxito estoy a un paso de alcanzar el éxito, si
pienso en el fracaso ya soy un fracasado”, recuerdo como siempre las dice a los
grupos de personas a las que capacita, como siempre ha luchado contra la
injusticia, contra la pobreza y contra la mediocridad. Siempre nos enseñó a no
conformarnos con algo mitad hecho, sino a buscar la excelencia “Jesús crecía en
sabiduría y en estatura” nos decía siempre, y aún lo dice, para enfatizar que
nuestra vida debe ser íntegra en todo sentido.
Recuerdo también cómo el inicio en Reu no fue
fácil, yo estaba muy pequeño pero tuvimos serias limitaciones económicas pero
él siempre dijo "es mejor comer una tortilla con la conciencia limpia y la
familia unida”. Mi papá es una persona que enseña mucho con sus palabras pero
su ejemplo es realmente abrumador. No he conocido a otra persona que trabaje
tan incansablemente como él, con la energía y pasión que pone a todo lo que
hace. Jamás olvidaré las veces en que no estábamos con él las mañanas en los
domingos porque tenía que ir a dar charlas a campesinos, y no simples asesorías
sino en verdad interesarse por ellos, por sus problemas y por luchar junto con
ellos por un mejor futuro. Tampoco olvidaré cuando sus fuerzas ya no daban pero
él creía en que se podía llegar a la meta para Teletón y ayudar al as personas
discapacitadas, o cuando no llegaba a cenar por estar en los grupos de Pasemos
a Reu en Limpio u otros grupos que luchan por mejorar Reu. O quizás otra noche
de no dormir por organizar la recaudación de fondos para los bomberos y a pesar
de eso siempre encontraba tiempo para su familia, para jugar con nosotros cuando
niños o ayudarnos a estudiar cuando ya estábamos más grandes.
Cómo olvidar y aún lo hace sus múltiples salidas
a las 4 de la madrugada para aprovechar el día y viajar a San Marcos, a
Malacatán o Guate por cuestiones de trabajo y SIEMPRE pensando no en él o su
comodidad sino en los demás, regresando súper tarde y aún con una sonrisa en la
cara. Como siempre él dice, el verdadero ayuno es compartir el pan con el
hambriento (Isaías 58:7).
El niño de los zapatos rotos o Lasho como la llaman en su pueblo natal (esta es otra historia de cuando niño quería jugar fútbol pero no tenía zapatos porque sus únicos zapatos se habían roto) que estudió hasta sexto primaria y tuvo que vender mercancías en los parques de Guatemala desde que era niño, que jamás conoció a su papá… me inspira y me recuerda constantemente a no olvidarme quién soy y de dónde vengo.
No tengo palabras sino gratitud hacia Dios y
hacia mis padres porque a causa de ellos soy quién soy y he alcanzado lo que he
alcanzado. Guatemala está tan llena de problemas pero también hay gente que
cada día lucha por cambiarla y mi papá es una de ellas.